sábado, 23 de abril de 2011

PREECLAMPSIA EN EL EMBARAZO.

Es un [b]tipo de hipertensión arterial[/b] del embarazo que se presenta [b]después de la semana 20[/b] de la gestación y que afecta a un porcentaje muy bajo de embarazadas.

En la actualidad, si se siguen unos cuidados prenatales adecuados, esta complicación se detecta y es tratada con éxito casi siempre en sus inicios.

Los síntomas más comunes son el aumento de la presión sanguínea y la presencia de proteínas en la orina de la mujer debido a [b]daños renales[/b]. Además, la gestante suele retener mucho líquido y puede sufrir edema (hinchazón) en las manos, los pies y la cara.

Si no se trata puede derivar en una preeclampsia grave o [b]eclampsia[/b] caracterizada por convulsiones y por el peligro que corre el feto de nacer antes de tiempo. De ahí la importancia de controles médicos regulares que evitan alcanzar esas fases tan graves.

Aunque todavía se debate sobre el origen exacto de la preeclampsia, lo que parece claro es que existe una[b] alteración en la vascularización placentaria[/b]. Las mujeres diabéticas o con insuficiencia renal tienen más posibilidades de padecer esta anomalía.

El[b] control de la presión sanguínea[/b] ayuda a prevenirla. Si se presenta esta complicación, el tratamiento será[b] reposo[/b] en cama hasta que la presión arterial baje. Normalmente se decide el ingreso de la mujer en el [b]hospital[/b] para controlar clínicamente su estado.

Si la preeclampsia no se corrigiera, el feto podría tener problemas por una carencia de oxígeno o un menor riego sanguíneo en su organismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario